miércoles, 25 de agosto de 2010

FIEL A SI MISMA




FIEL A SÍ MISMA
(Unloved)

Dirección: Kunitoshi Manda.
País:
Japón.
Año: 2001.
Duración: 117 min.
Interpretación: Mitsuko Kageyama, Shunsuke Matsuoka, Youko Moriguchi, Tôru Nakamura.
Guión: Kunitoshi Manda y Manda Tamami.

SINOPSIS

Mitsuko es una joven trabajadora contenta con su modesto y despreocupado estilo de vida. Segura de sí misma, se enfrenta a elegir entre un poderoso hombre de negocios divorciado que sueña con encontrar a la mujer ideal que permanezca a su lado y que transformaría su vida, o su vecino, un soñador guitarrista amateur que trabaja para una empresa de mensajeros. Pronto descubre que ambos son ambiciosos.


Esta es la primera película del director Kunitoshi, ayudante de dirección de Kirosawa. El guión está escrito por él y su mujer, un guión sencillo para una película sencilla que cuenta como una secretaria feliz con su vida decide no cambiar su estilo de vida teniendo la oportunidad de ascender en la escala social formando pareja con su jefe .La puesta en escena es bastante teatral, y los diálogos son breves y concisos. La joven vive en un apartamento pequeño, tiene escasos bienes, y trabaja desde hace muchos años en la misma empresa, en la cual le critican su falta de ambición. Pero ella alude en este sentido que no es falta de ambición sino que le gusta hacer su trabajo y ascender supondría un cambio sustancial en su vida diaria.

Mitsuko tiene una especial conciencia de clase, de conformarse con lo que tiene, de no envidiar los bienes de los demás ni tampoco el estilo de vida que están por encima de su estatus social, y por tanto defiende su manera de ser y de vivir contra todo aquel que intente cambiarla. Hay una escena en la que el poderoso hombre de negocios la lleva a una tienda de un gran diseñador y le regala un carísimo vestido con el resto de los complementos y se van a cenar a un restaurante de élite. Cuando están sentados alrededor de la mesa, suena el teléfono del empresario con lo que él se retira y ella se queda sola en la mesa bastante rato sin poder disfrutar de la compañía de él. Mitsuko se pregunta para qué sirve ir envuelta de lujo cuando lo más importante no está presente. Viven en mundos diferentes y a ella le aterra vivir otra vida que no sea la suya.

Al conocer a su vecino, un joven trabajador, piensa que él también está contento con su vida y que pertenece a su mundo. Pero descubre que él ambiciona una vida mejor. Hasta aquí la película nos va abriendo el camino para ir sacando conclusiones, y hacernos algunas preguntas. ¿Realmente a ella le gusta su vida, o esa falta de ambición esconde la cobardía de luchar por una vida superior? ¿Está feliz en su ‘mundo’? Durante toda la película la chica no parece necesitar demasiadas cosas.

Dejando aparte la película, de momento, llama mi atención la rigidez del sistema social, en cómo está estratificado en diferentes clases sociales, y cada clase tiene sus funciones, sus deberes y obligaciones, su forma de comportarse, su forma de vestir, su educación, sus intereses, etc. Por supuesto que a veces estas diferencias se convierten en autenticas barreras sociales. En general no hay movilidad entre las clases sociales, una familia nace en una clase humilde y generación tras generación permanece en ella. Puede mejorar la calidad de vida, o se desplace sobre la escala de la pobreza; se puede ser menos pobre o muy pobre dependiendo de la economía y las circunstancias ambientales y familiares del momento, y sobre todo de las deudas.



Que cada clase tenga su función me hace recordar que no todos somos iguales. Si viviéramos en la India, nuestra vida estaría condicionada al hinduismo, la religión más importante en la India que divide a la población en jerarquías sociales llamadas castas. Estas jerarquías consisten en las cuatro principales varnas (grados de ser) correspondientes a las partes físicas de Purusha( divinidad del universo), cuya desmembración dio origen a la raza humana. La boca se convirtió en los brahmanes (sacerdotes), sus brazos en los kshatriyas (guerreros), sus muslos en los vaishyas (comerciantes y artesanos) y sus pies en los shudras (criados). El varna de un individuo está determinado por sus padres biológicos y es inalterable durante toda su vida. Cada varna tiene sus propias reglas de conducta o senda del ‘deber’ (dharma). Con la muerte corporal, el alma afronta su destino en un ser superior o inferior (karma) dependiendo de cómo se haya seguido la senda del deber. Pero la senda del deber va más allá, existen los tabues con respecto al matrimonio, la alimentación y el contacto físico, El matrimonio con una persona de varna inferior se considera impuro y contaminador. Los alimentos no pueden ser cocinados y tocados por una casta inferior y el contacto corporal entre varnas de diferentes estatus, están prohibidos.

Debo añadir que esta endogamia no sólo ocurre en la India, sino que ocurre con mayor frecuencia entre minorías étnicas o religiosas.



Ahora bien, en sociología estas diferencias sociales son tratadas desde el punto de vista de la división social del trabajo, es decir, algo parecido a lo que ocurre en una colmena de abejas, donde la jerarquía pone las bases para la producción de la miel.

Volviendo a la película y a nuestra protagonista, ella que nace en una clase humilde, tiene la oportunidad de escalar socialmente a través del matrimonio, se niega a faltar a sus principios y fiel a sí misma renuncia a esa posibilidad. Deduzco que subir ese escalón supondría todo un cambio sustancial en su vida, desde cambiar de vivienda, barrio, amistades, indumentaria, y una serie de ‘protocolo’ acorde a ese nuevo nivel social, algo que por otra parte no lograría satisfacer a nivel personal e individual dado su escaso sueldo para suplir ese estilo de vida y prefiere conformarse con lo mínimo que ella puede necesitar y cubrir económicamente con su trabajo. La decisión es quedarse en su mundo, no por una presión religiosa o estructural, sino porque decide vivir su vida donde le ha tocado en suerte, vivir una vida modesta y sencilla.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

El anhelo de una vida superior, la necesidad de un cambio para alcanzar la felicidad están presentes también en la obra de Andréi Platónov (Vorónezh 1899 – Moscú 1951), para quien, sin embargo, no tiene sentido esta aspiración si no se traduce en un empresa colectiva para el conjunto de la humanidad en el umbral de los tiempos modernos. Para sus personajes no hay salidas individuales, sólo la entrega a los demás justifica la propia existencia particular. Esta idea permanece inalterable en sus novelas (La excavación, Chevengur) y en sus relatos cortos (La patria de la electricidad, El regreso). Como las obras de este ruso universal no han tenido una adecuada difusión en España y las ediciones disponibles son pocas, voy a permitirme transcribir algunos fragmentos que pertenecen a los relatos agrupados bajo el título La patria de la electricidad y que pueden darnos una idea de la dimensión humana y poética de un genial escritor que permaneció fiel a sí mismo y a los ideales de la revolución frente al estalinismo y la mistificación burocrática.

“En la velada por el aniversario de la Revolución de Octubre, por primera vez en su vida, Olga escuchó tocar el piano; lo habían llevado del Palacio de los Trabajadores y la niña lloró de felicidad al sentir que la vida no es sólo tedio y rutina, sino que puede ser espléndida, como lo que presienten en lo más profundo de su ser los niños y los jóvenes.” (Del relato 'Al alba de la nebulosa juventud').

Los personajes de Platónov encuentran en el trabajo manual o rutinario un sentido profundo ligado a la transformación del mundo:

“(…) Se tomó tan a pecho todo lo material, lo gris y rutinario, que se convirtió para él en algo espiritual que alimentaba su pasión por el trabajo. Ahora ya no recordaba si en aquel momento se había dado cuenta de que todas las ideas realmente sublimes nacen de las necesidades de la vida; pero con sus propias manos llevaba adelante la transformación de lo material en espiritual, creía en la verdad revolucionaria que él mismo ponía en práctica y veía cómo influía en los destinos de los pueblos.” (Del relato 'Afrodita').

Pero al mismo tiempo la existencia conlleva siempre su propia justificación. Nadie sobra en el mundo.

“(…) La cocinera acarició la cabeza de Alterké y lo acompañó hasta la puerta de la cocina.
-Vete -le dijo-, ¡Si naciste, seguirás vivo!” (Del relato 'Alterké')

En 'Yushka', un pobre hombre sirve como cabeza de turco para todo un pueblo. La gente descarga su mal humor a golpes con él. Tras su muerte el motivo de la utilidad reaparece forzado hasta el extremo:

“Después enterraron a Yushka y todos lo olvidaron. Pero sin Yushka la gente empezó a vivir peor. Todo su enfado y sus burlas se quedaban entre ellos, porque ya no vívía Yushka, que aguantaba sin chistar cualquier furia, el ensañamiento, la burla y la hostilidad ajena”.

La palabra de Platónov es una palabra peligrosamente viva. Sorprende no sólo por la solidez de sus convicciones éticas y su amor por la Humanidad (no un amor de filántropo profesional, sino el amor concreto de un ser humano por sus semejantes), también su escritura es genialmente moderna, precisa y esclarecedora: en sus páginas encontramos niñas cuyos ojos reflejan la verdadera condición de quien se mira en ellos, invenciones imposibles en aldeas de la estepa rusa o mujeres cuya belleza entristece mortalmente a los hombres. En Platónov constatamos el misterio de la existencia misma. Sus protagonistas son la gente sencilla y bondadosa del pueblo ruso, pero sobre todo los niños. Sus personajes infantiles abren ojos enormes a la curiosidad y la admiración, transmitiendo la alegría de vivir y el amor que los impulsa.

Se agradece el esfuerzo que haces por escribir. Es un estímulo más para leerte.

Encarni dijo...

Gracias anónimo, tu coomentario bien se merece una entrada, además complementa mi exposición con otras perspectivas sobre el lugar que ocupamos en esta sociedad y sobre como aceptamos ese lugar o no nos aceptan, segun se mire, desde qué perspectiva o desde qué clase social. Siempre hay escepciones en todo.
La sociedad es bastante compleja, y si miramos diferentes culturas, etnias,religión, diferencias políticas o sociales vemos como en cada caso tienen su estructura político-económico-social. Ahora bien, el problema está en cómo nos desenvolvemos en el lugar que nos ha tocado y cómo es la sociedad en la que nos hayamos viviendo. También influye la educación y los valores, además de la naturaleza individual y personal de cada individuo con respecto a desenvolverse en su sociedad. Y aquí es donde las soluciones resultan complejas, y diferentes entre sí.
Esto daría para hablar largo y tendido. La pelicula era un pretexto para la reflexión.

Tus recomendaciones son interesantes voy a ver si consigo localizar estos relatos.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Niña que tiene miedo de la luna se te echa de menos...